
Llegamos a las 21:45, los primeros comensales, cargados con ricos alimentos y demás elementos para la instalación de nuestro comedor móvil. Por supuesto, nuestra mesa portátil con su significativo mantel a cuadros, y los platos y cubiertos de casa, “que esto no es un camping sino el jardín de nuestra casa…”
A la de tres, cuando ya éramos unos cuantos, montamos en un abrir y cerrar de ojos el escenario que nos serviría para una maravillosa, sorprendente e inesperadamente larga velada. Creíamos que unos minutos serían suficientes para alertar a las fuerzas del orden, pero parece que nuestro orden era más fuerte que el suyo y nos alargamos en la sobremesa hasta las tres de la mañana.

Además de cantidades ingentes de comida y bebida, hubo aportaciones especiales para la ocasión como unas velas y unas flores para el centro de mesa, y algunos trajeron su silla, con lo que todos tuvimos nuestro asiento. Realmente estábamos allí instalados, disfrutando de una cena en el jardín, en buena compañía y aliviados por el aire fresco. Nada que ver con los pisos de cocción lenta con vistas a patio interior.

A pesar de que, claramente, dábamos bastante envidia a la gente que pasaba por allí, no hubo ningún espontáneo que se uniese a la velada. Tan solo, a medida que aumentaba la nocturnidad caía algún comentario con ligero énfasis ebrio… Con esa mesa, no os hace falta palacio!

Lo más sorprendente de la noche, la redada policial, a eso de las doce, irrumpiendo con sus motos y coches centelleantes y levantando polvo. Desalojaron a aquellos que estaban haciendo botellón, parece ser que con multa de regalo, y eso que eran grupos pequeños y silenciosos. A nosotros no nos dijeron nada, pasaron a escasos cinco metros y ni siquiera se acercaron a preguntar qué demonios hacíamos allí con todo eso, lo cual nos planteó algunas cuestiones: … será porque estamos sentados en sillas? … será por la organización? … será que quedamos muy lindos aquí puestos? … será que les parece estupendo nuestro plan? … será que no han conseguido procesar la imagen en su cabeza? … será que a nosotros nos van a mandar a la guardia montada, que queda más acorde con la pinta que tenemos? ….pero los caballos nunca llegaron.

Tres de la mañana: recoger, limpiar, plegar y a seguir camino... Todo quedó como lo encontramos, aunque al irnos, nos dejamos la puerta abierta.